Desarrollar un sistema inteligente para una ciudad que no tenga en cuenta la integración, tanto hacia arriba como hacia abajo con otros sistemas inteligentes, no tiene sentido.
La popularización de sistemas inteligentes en edificios exige que los sistemas de éstos puedan conectarse a los sistemas de la ciudad tanto para flujo de información —señales de alarmas, extensión de redes de computadores, telefonía, etc.— como de flujo de personas y vehículos.
Si se desarrollan principios de sistemas inteligentes de orden territorial, el sistema de ciudad inteligente debe poderse adaptar a éste de una forma natural, como una parte integral del mismo.
Una forma de lograr un sistema inteligente global consistiría en montar distintos sistemas inteligentes en ciudades y unir estos sistemas mediante un sistema general provincial o nacional para luego interconectar estos sistemas entre sí.
Otra forma de actuar sería que el desarrollo de un sistema de ciudad inteligente pudiera expandirse a las zonas rurales anexas a la ciudad, a las poblaciones vecinas y a las pequeñas ciudades en su área de influencia cubriendo las distintas regiones (provincias) de un país por sistemas inteligentes basados en sus principales ciudades e interconectar los sistemas provinciales en un sólo sistema nacional.
La ventaja de esta segunda aproximación consiste en que los elementos del sistema inteligente nacional o provincial tienen una mayor consistencia…